sábado, abril 13, 2013

The cansino walkind dead


Quita ya, hombre.
—Ven aquí, no te resistas. 
—¿Qué quieres, cansino?
—¿Qué voy a querer? Lo que quieren los zombis: morderte
—Muerde a otro. 
—Te quiero a ti.
—Muerde a otro, en serio
—¿No te va bien?
—Tengo faena.
—Excusas.
—En serio. Estoy liado, el Apocalipsis ha dejado sin luz y se me va a joder lo que tengo en el congelador si no hago algo.
—No es mi problema. Mira como me ha dejado a mi el Apocalipsis. Y no me quejo.
—Tira p'allá, cansino, que te hiede el aliento.
—Qué quieres, mamón, si me paso el día masticando vísceras.
—Pues come acelgas.
—Trae ese cuello.
—Qué agobio, ¿me quieres dejar ya?
—Pues si no quieres que te muerda me tendrás que entregar otra persona en tu lugar.
—Qué mamón. No me pongas en esa tesitura.
—Tú mismo, trae p'acá el cuello.
—Vale, vale. Coge a mi suegra.
—Los cojones. Las suegras no valen. Cualquier otra persona antes que una suegra.
—Pero ¿Por qué? Si está rolliza y te vas a poner hasta el culo. Ahíto te vas a quedar.
—Qué no, coño, suegras no. Si la muerdo se va a volver zombi, y no hay nada peor que una suegra zombi. 
—¿Os dan miedo las suegras?
—Pavor.
—¿En serio?
—Ya te digo.
—¡Suegraaaaaa! ¡Venga usted p'acá!
—¡Qué hijo de puta! ¡Me voy!

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