miércoles, febrero 29, 2012
Uno más
martes, febrero 28, 2012
Conversaciones con Martina (39)
jueves, febrero 23, 2012
Inserso
ITV
domingo, febrero 19, 2012
Porno.
Este breve pasaje forma parte de un relato mío que estoy reescribiendo en estos momentos. Abstenerse de leerlo todos los lectores de este blog que puedan ejercer de curas, monjas o, en suma, beatos trasnochados.
"(...) Cogió el mando a distancia del televisor y lo conectó. Echó un vistazo a los diferentes canales con similar desinterés al mostrado por el periódico hasta que se topó con los de temática pornográfica. Se detuvo en el primero de ellos, en el que una mujer desnuda con un peinado aterrador acariciaba el lomo palpitante de un perro inmenso y dócil que manifestaba su contento mostrando la punta trémula de su miembro, rosa fosforescente entre la pelambrera hirsuta y oscura y los testículos meciéndose afanosamente. Ricardo Prada se apresuró a cambiar de canal con la urgencia de quien se cree observado. En el siguiente apareció el primer plano de una joven que untaba con lametones pausados un pene de escandaloso grosor, enhiesto y brillante y de arterias hinchadas y gruesas. La punta de la lengua se demoraba en los recovecos del glande, que de repente desaparecía engullido para surgir otra vez y, finalmente, ser tragado de nuevo por esa boca omnímoda cuyos labios se dilataban sin fin en torno a ese miembro inconcebible, en tanto la piel de las mejillas de la joven se estiraba y estiraba sin parar y la mandíbula parecía en trance de desencajarse en cualquier momento. Pese a estar solo Ricardo Prada no pudo evitar cierta incomodidad. Su dedo pulgar se posó y acarició el botón del mando a distancia dispuesto a cambiar de canal aunque en rigor sin decidirse a hacerlo, remiso y expectante, atento a las imágenes de la joven tragaldabas, que parecía haber concluido la portentosa exhibición oral y se disponía a iniciar la maniobra de ensartarse por sí sola en el inabarcable pene, cuyo afortunado propietario, advirtió Ricardo Prada, apenas si aparecía fugazmente, tendido bajo la mujer despatarrada y oculto entre blancas sábanas, sumergido en ellas como un jubiloso iceberg cuya parte visible dejaba de serlo, siquiera momentáneamente, ya que la incansable mujer lo hacía desaparecer entre sus piernas, descendiendo despernancada e introduciéndoselo poco a poco, con mucha demora, mientras abría los labios mayores de la vagina con el dedo corazón e índice de su mano derecha, y lanzaba resoplidos y jadeos y se mordía el labio inferior —de la boca— y luego se humedecía el superior con la punta de la lengua y se pellizcaba el pezón con el pulgar e índice de la mano izquierda, sin dejar de subir y bajar sobre la polla con una cadencia en aumento y muy avezada y resuelta."
martes, febrero 14, 2012
viernes, febrero 10, 2012
Conversaciones con Martina (37)
sábado, febrero 04, 2012
Everybody's fine
Pensábamos que Everybody's Fine era una comedia de esas denominadas insustanciales, sin más objeto que provocar una sonrisa y dejar en suspenso los engranajes de la inteligencia, y nos encontramos con un drama intimista (adjetivo recurrente donde los haya al que yo también acudo sin pudor), contenido, una película con la clásica atmósfera de peli indi si no fuera porque el elenco está lejos de serlo. Robert de Niro está casi hierático, y aunque creo que es prácticamente imposible que pueda redimirse de los trabajos infumables que ha hecho en la última década, creo que borda el papel de un viudo jubilado, gris y taciturno, y hasta cierto punto de una fragilidad emocional conmovedora. Creo que pocos actores han hecho más por dinamitar a conciencia y con irritante obstinación su prestigio que De Niro, pero Everybody's Fine no cabe incluirla entre los capazos de estiércol que el mismo se está arrojando encima desde hace años.