sábado, mayo 28, 2011

Conversaciones con mi hija Martina, XVIII

Martina siente curiosidad por asuntos de todo orden. Desde cómo se forma su caca en el estómago y cuál es el proceso de expulsión, hasta por qué el pipi es unas veces más amarillo que otras. En relación a esto último le he explicado que cuanto más agua se bebe, más blanco es, de manera que ahora, cada vez que hace pipi me llama a voces desde el lavabo y señala el pipi para que ambos reflexionemos sobre lo incoloro o no de su orina.

Hoy estamos en casa de su abuela. En un momento dado abré la puerta que da al patio y se va a jugar. Sin embargo, al poco entra de nuevo, enfadada, y le dice a su abuela:
-¡Yaya, el Otto se ha hecho pipi en el patio, y es amarillo!
-¿Qué me dices? Se va a enterar.
Sale su abuela y Martina la sigue de cerca. Se plantan frente a Otto, el perro, y mi suegra se pone a reñirle no sin algo de teatro.
-Pues no Otto, eso no se hace. Te he dicho mil veces que el pipi no se hace en casa. Esto no puede ser...
Cuando acaba, la abuela gira en redondo y entra en el comedor. Antes de seguir sus pasos, Martina se acerca a Otto y señalándolo con el dedo índice, le dice:
-¡Y ahora llora si quieres!

4 comentarios:

Yolanda dijo...

Que buena que es!!

Irene dijo...

Menuda hija que tienes! Ya te lo he dicho mil veces, pero es que me encantan estas conversaciones :) En cuanto tenga hijos, os pediré la receta para que me salgan tan espavilados :P

Arcadio dijo...

Ay, Irene, me temo que no hay receta que valga, de hecho creo que ser padre constituye la lotería más injusta que existe, porque puedes poner todo de tu parte en cuanto a educación se refiere, y el niño hacer luego lo que le plazca.

manuela garcía sánchez dijo...

A mí que alguien venga y me diga que hay otra como ella...