martes, septiembre 12, 2006

Mudanzas



Mis familiares y amigos me acusan a menudo de ser un tanto irascible y muy protestón. Están hartos, dicen, de escucharme farfullar por lo bajo toda suerte de gruñidos a la menor oportunidad que se me presenta, por trivial que sea el tema en cuestión. Pues bien, en mi disculpa acabo de averiguar por qué semejante actitud de contrariedad permanente, de la que, en honor a la verdad, también yo había advertido algo, si bien no al extremo del cual, sin ir más lejos, mis propios hermanos me acusan (¡Lo que hay que ver, sangre de mi sangre lanzando infamias sobre mí!). Según se desprende de un estudio realizado por uno de tantos ociosos en algun momento situado entre el Big-bang y ayer mismo, las mudanzas son uno de los motivos, si no el que más, del estrés que padecen hoy día muchas personas. Hasta donde me alcanza la memoria el número de domicilios en los que he habitado, con sus correspondientes traslados, son: Horta,la Ciudad Meridiana, dos veces a Fuente del Maestre (extremadura), Santa Coloma de Gramanet, Moncada y Bifurcación, San Feliu de Guixols (dos domicilios distintos), Ripollet y Mataró. A las mencionadas localidades, sobre todo a las últimas, se les ha de añadir las respectivas mudanzas en las que he colaborado (que no son pocas) de algún hermano que se ha casado o sencillamente ha decidido cambiar de domicilio (¡Sangre de mi sangre!). ¿Me he ganado o no el derecho de lanzar de vez en cuando alguna queja?

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Sangre de mi sangre, a todas esas mudanzas que he compartido contigo, como la benjamina de la familia, yo tengo que sumar la que hice de Mataró a Londres, cinco domicilios diferentes en Londres, otra mudanza de Londres a Tarragona, y la última de Tarragona a Barcelona. Y aquí estoy, la alegría de la huerta!! Así que no te agarres a un clavo ardiendo, que eres gruñón porque así naciste!! Que todavía tengo la imagen de tí, bastante joven, cuando aún no habías sufrido demasiadas mudanzas en tus carnes, relatando y farfullando si a mama se le ocurría enviarte a comprar el pan...
Sigue buscando excusa, porque esta no vale...

Manoli

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo, vaya excusa de pacotilla, yo me pregunto que tendrá que ver la velocidad con el tocino.
Tú eres quejicas y punto, si olvido poner sal a la comida y eso es peor que la tragedia de Edipo.

Besos

Pilar

Arcadio dijo...

Lo que yo digo: sangre de mi sangre lanzando infamias. Que sepáis ambas que no convenceréis a nadie, sóis arpias que pretendéis dilapidar mi buen ganada fama de hombre moderado y sensato con todas los instrumentos a vuestro alcance.

Anónimo dijo...

Arcadio, ahora que te está dando por buscar estudios científicos que te permitan disculpar tus brotes de ¨atacao¨, igual tendrías que mirar un término psicológico que define tu último comentario: el estado de negación.
Si al menos fueras mujer se podrían achacar tus repentinos prontos a las hormonas y lo malas que somos en general todas las mujeres del planeta, pero ni a eso te puedes agarrar...

Manoli