domingo, agosto 27, 2006

Lo demás es mierda


De nuevo se oye el clamor miserable, el alarido vacío con hedor a mierda de quienes añoran tiempos oscuros de sumisión y represalia. Aseguran que su protesta persigue el noble objetivo de no olvidar la Historia reciente, como si semejante estigma pudiera ser olvidado, como si retirar y ocultar la fatigada estatua ecuestre del dictador pudiera silenciar cuarenta años de vejaciones premeditadas, la cancelación fulminante del ilusionante progreso de una sociedad maltratada que hubo de someterse durante cuatro décadas bajo bota ecuestre y rancia y tenebrosa sotana. Lo único cierto es esto: ese tipo y su banda de forajidos despiadados y fanáticos perpetró un golpe militar contra una Gobierno legítimo surgido de unas elecciones democráticas, involucró a un país entero en una matanza fratricída y lo condujo a una postguerra no menos sangrienta. Merece ser detestado, y no la deferencia simbólica de un lugar público en el que la escoria moralizante de este país pueda rendirle pleitesía. Lo demás es pura mierda y nostalgia envenenada que no merece el menor respeto.

2 comentarios:

Care dijo...

Te he lanzado un reto, ven a verlo a mi blog

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo. Que la quiten todas. En lo que tengo mis dudas es en que sea imposible olvidar hechos como este. Cuando abro el periódico por las mañanas es raro el día que no pienso en lo paradójicamente fácil que resulta para los humanos olvidar, repetir, o infringir el otros lo que ellos sufrieron en sus carnes. Ni una ni mil estatuas van a preservar la memoria, pero quizás os padres deberían contar a sus hijos aquellos sucesos por doloroso que sea. Y no sé si esto ayudaría. Tengo muchísimos amigos judíos, que vivieron el holocausto en su piel, o que perdieron a casi toda su familia. Son una cultura que habla de aquellos días hasta la saciedad, que se niegan a olvidar. Y sin embargo, (o quizás a causa de ello), ahí están Palestina y el Líbano...

Manoli