lunes, marzo 03, 2014

Operación Palace

Me parece absurdo y corto de miras el argumento de que Évole faltó al respeto al espíritu de la Transición y a los políticos y figuras que la protagonizaron. Es digno de este país de paletos acomplejados que gastan con los políticos una relación de vasallaje, de súbditos serviles. Para darse cuenta solo hay que ver el séquito de parásitos babosos que lleva tras de sí un político de tres al cuarto cuando va a inaugurar un polideportivo o una estatua o placa. Mientras no nos convenzamos de que un político es un funcionario que trabaja para nosotros, y de que todo lo que se sacraliza no admite crítica ni discrepancia, volveremos a caer, una y otra vez, en los mismos errores y aceptar los mismos inútiles manejando nuestras vidas.

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