Estamos en el apartamento de Amsterdam. Martina no tiene ganas de desayunar. De normal le hemos de insistir mucho, pero hoy está especialmente desganada. Su madre y yo estamos preparando las mochilas para salir un nuevo día a patear la ciudad. De vez en cuando le instamos a que se acabe el brik de Cola Cao que le hemos comprado.
-Martinaaaaa, bébete la lecheeeeeeee.
Al cabo, se baja de la silla y se encamina a la papelera diciendo.
-Ya está mama, ya me la he bebido, la tiro yo, ¿eh?
Al rato su madre cae en la cuenta. Le parece extraño. Se acerca a la papelera, coge el brik y comprueba que está casi entero.
-¡Martina, pero si está entero! Ven aquí ahora mismo y te lo acabas -dice Pilar, y va detrás de ella por todo el apartamento, y Martina sale huyendo mientras le dice:
-¡No se cogen las cosas de la basura!
-Martinaaaaa, bébete la lecheeeeeeee.
Al cabo, se baja de la silla y se encamina a la papelera diciendo.
-Ya está mama, ya me la he bebido, la tiro yo, ¿eh?
Al rato su madre cae en la cuenta. Le parece extraño. Se acerca a la papelera, coge el brik y comprueba que está casi entero.
-¡Martina, pero si está entero! Ven aquí ahora mismo y te lo acabas -dice Pilar, y va detrás de ella por todo el apartamento, y Martina sale huyendo mientras le dice:
-¡No se cogen las cosas de la basura!
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