jueves, marzo 04, 2010

Ficción e historia

En ninguna otra novela como en Vida y destino, de Vasili Grossman, he percibido la enorme superioridad del novelista frente al historiador. El historiador avanza con tiento pero con determinación hasta que da de bruces con los insterticios de la historia de los que no ha quedado constancia documental. Allí donde el historiador interrumpe abruptamente su relato porque carece de los datos fidedignos que lo sustenten, es donde el novelista apresura el paso y campa a sus anchas. En ningún pasaje se constata tal evidencia como en el que relata, con una prosa que estremece, los últimos instantes de vida de unos seres humanos que se apretujan en las cámaras de gas como ganado a la espera de deguello. Qué novela tan impresionate y qué grandioso escritor es Grossman, que consigue provocar en el lector lo que está al alcance de muy pocos: conmover hasta el límite del llanto.

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