jueves, marzo 04, 2010

Bienvenido

El Papa visitará España. Explosión de júbilo. No quepo en mi de gozo. Apenas si podré soportar la espera. Mientras, buscaré consuelo en alguna hagiografía que le sea propicia. La víspera pasaré la noche al raso. A las puertas del aeropuerto. Lo tengo claro. Ya he conseguido un saco de dormir. No bien haya tomado tierra el avión que lo traslada, me colaré subrepticiamente en la pista y aguardaré su descenso a pie de escalinata. Quiero ver con mis propios ojos que hay de cierto en ese rumor que sostiene más que caminar, levita. Pienso recoger del suelo en el que estampe el beso el rastro de saliva que lo impregne y guardarlo en un frasco que cargaré siempre conmigo. Que emoción. El Papa. Nos visita. A nosotros. España. ¿Cabe mayor suerte?

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