miércoles, febrero 21, 2007

La ex


Miss Cantabria ha sido destronada por no cumplir uno de los requisitos que constaba en las reglas del certamen, según las cuales en modo alguno podía concursar mujer que hubiera dado a luz o estuviera en trance de hacerlo. Anda la mujer un tanto despechada denunciando el asunto en todos los medios de comunicación que le salen al paso (que son muchos y variados y todos gustan de difundir este tipo de noticias) y erigiéndola dichos medios en inopinada defensora de las mujeres y en fortuito o episódico adalid contra las discriminaciones de las que son objeto a diario. A mí me asaltan las dudas, pues no sé si lo más oportuno o certero o apropiado para luchar contra la discriminación es participar en un concurso de bellaza, que es esencialmente discriminatorio lo mires por donde lo mires. Digo yo que si tanto disgusto le producían esas reglas las podría haber hecho públicas en alguna de las tres veces anteriores en las que fracasó en su intento de erigirse en reina. Cabe preguntarse asimismo qué hubiera hecho la joven si la organización no hubiera averiguado su condición de madre o sabiéndolo no se hubiese dado por enterada. Tengo para mí que la mujer hubiese guardado silencio cómplice y no hubiera difundido esas reglas con las que ahora tan en desacuerdo se muestra y hubiese aceptado presta la corona y la hubiera lucido con orgullo y disfrutado de ella y de su efímero reinado anual, trayéndole al pairo que semejantes normas permanecieran inmutables para perjudicar a las mujeres que después de ella aspiraran al trono.

1 comentario:

Anónimo dijo...

I agree. Pero esto le permitirá luego salir desnuda en la portada de interviú o participar en cualquier concurso como la isla de los casposos o el gran hermano de turno, ir al poligrafo o a la Dolce Vita. Se le abren una infinidad de oportunidades que seguro no va a desaprovechar.
En fin, así es nuestro país.

Pilar