sábado, abril 28, 2012

Qué bonito queda ahora, a posteriori, señalar las virtudes de Guardiola. Es bonito y reconfortante y justo, pero habría sido más bonito y más reconfortante y más justo y, sobre todo, acorde con ese señorío que siempre se le ha atribuido al Madrid, decirlas y repetirlas antes, mucho antes, cuando recibía a diario las agresiones verbales, injustas, insidiosas y nauseabundas de Mourinho, ese personaje enfermo que, de seguir así, acabará vinculando irremediablemente sus defectos con el club que entrena, finiquitando de un plumazo ese supuesto señorío que históricamente ha identificado al Real Madrid.

No hay comentarios: