lunes, septiembre 24, 2007

Fin de semana en Zaragoza


Con motivo del enlace de mi cuñada Maribel y de su ya marido Rubén, celebrado en Zaragoza, hemos pasado un inolvidable fin de semana en la capital aragonesa, cuidados a cuerpo de rey por unos anfitriones que se han desvelado en todo momento por hacernos sentir como en casa. Zaragoza es una ciudad que yo no había visitado antes, circunstancia ésta que se me ha antojado imperdonable al deambular en solitario (mientras Pilar y su hermana y, en suma, toda las mujeres que asistían a la boda, se sometían a toda suerte de tratamientos estéticos) por el dédalo de diminutas calles que tejen el casco antiguo, muy próximo al cual se alza la impresionante basílica del Pilar, a cuyas puertas la Plaza del Pilar, inacabable y vívida de una multitud que pasea en todas direcciones y que, según me cuenta Rubén durante un paseo en el que me revela los pormenores históricos de su ciudad, en el transcurso de las fiestas del Pilar se convierte en una muchedumbre imposible de cuantificar que colapsa las principales calles de acceso a la basílica.

Por supuesto, ha sido obligado realizar la ruta de tapas de rigor y probar por fin los huevos rotos con foie de los que tanto me había hablado Rubén, que, en efecto, han resultado deliciosos, al punto que he repetido plato durante los tres días en que nos hemos aventurado por el casco antiguo y, sin duda, los hubiera pedido otra vez de habernos quedado un cuarto día.
A continuación os muestro un breve documento gráfico de cuanto ha sucedido estos días, que, pese una meteorología caprichosa y empeñada en estropearnos a todos la jornada, (afortunadamente sin éxito) han resultado muy emotivos y, a mí en particular, me han deparado no pocas sorpresas, como el cura que ofició la ceremonia, que resultó ser un desternillante y excepcional monologuista cuya actuación me reconcilió, en cierta manera, con la iglesia y me hizo pensar que no todo está perdido en aquellos que deciden un día vestir sotana. Lejos del típico cura alucinado, iracundo y , como dice Sabina, malfollao que yo me he encontrado a menudo, el que casó a mis cuñados era de una heterodoxia festiva, chispeante, que tan pronto denominaba al novio con el cariñoso apelativo de empanao (no a Rubén sino a la figura paradigmática del novio ) como se refería al Golum de El Señor de los anillos cuando hablaba de las alianzas (¡mi aniiiillooooo!, llegó a decir el cura para mayor regocijo).



Instantánea tomada por mí desde el Puente de Piedra. La Basílica
del Pilar a la caída de la tarde.


Una bella y espectacular Maribel preparándose
en el hotel. Vaya dos hijas que parió Isabel.


La tuna de la facultad de derecho de Zaragoza, a la que
pertenece Rubén. La capa a los pies de los recién casados,
un ritual que realizan cada vez que se casa uno de sus miembros.








El entorno espectacular donde aguardamos la llegada de los novios,
acosando a los camareros que se paseaban con bandejas de un cóctel delicioso.




Maribel provocó el llanto, a moco tendido, de Rubén con un vídeo
inesperado. La emotividad manifestada por Rubén fue contagiosa.


Pilar y un capellán lascivo que se ofreció a aparecer en la foto.

Pilar, ataviada con lo primero que encontró
en el armario. Hermosa con cualquier cosa que
se ponga.El bulto sospechoso que asoma
bajo el vestido, es Martina, nuestra hija,
que últimamente se empeña en aparecer en todas
las fotos.


De nuevo Pilar, esta vez de trapillo, y Martina
que se empeña en acompañarla a todos lados.













6 comentarios:

Anónimo dijo...

Ha sido inevitable llegar al hotel y visitar el blog.
Muchisimas gracias por lo escrito, muchisimas gracias por todo lo que nos has ayudado y muchisimas gracias por hacernos tios pronto.
UN BESO ENORME DESDE MADRID.
MARIBEL Y RUBEN.

Arcadio dijo...

Gracias a vosotros por el fin de semana. Gracias a ti, Rubén, y a tu familia por la hospitalidad. Ahora, disfrutad del viaje, sed moderadamente prudentes, vigilad que no comáis gato por liebre, romped las camas de todos los hoteles en los que os alojéis, que ardan las sábanas, contemplad el transcurrir de los minutos tal y como nosotros lo hicimos en Nueva York, con la seguridad de que esos días son un regalo inapreciable a los que en el futuro acudiréis mentalmente para evocarlos continuamente.

Anónimo dijo...

Hola

Quiero comunicarles a los homenajeados, que ya me he encargado de distribuir el blog a sus amigos y colegas (Puratos, Metalogenia y a algunas amigas de Maribel de las que tenía sus emails)
Muchos besos y buen viaje.

Pilar

Anónimo dijo...

Antes de nada enhorabuena a los novios (bueno ya marido y mujer) y disfrutad de estos dias maravillosos. Es verdad que todas las novias son guapas, pero Maribel estaba sencillamente espectacular.
Y a ti Arcadio, cuida mucho de Pilar que encara la recta final del embarazo, esta guapisima.
Petonets.
P.D.: Hoy Alba cumple 4 años, parece mentira...

Arcadio dijo...

¡FELICIDADES PARA NUESTRA ALBA!!! Como regalo, le recito la canción que tanto le gusta: Tiene la Tarara un camiseta que cuando se agacha se le ven las tetas

Anónimo dijo...

:-)