lunes, febrero 28, 2011

Discurso alternativo que me gustaría escuchar en la gala de los Oscar, y no la sarta de lugares comunes que todos los premiados vomitan

Antes de nada, a modo de preámbulo, me vais permitir que mande un mensaje a mi sastre, porque a él y sólo a él debo agradecer el dolor de huevos que tengo ahora mismo: John, alma mía, tengo los cojones a punto de explotar, a ver si aprendes a tomar medidas, me cago en la puta madre que te echó al mundo, que no todos tenemos por cojones dos canicas como tú, mariconazo, que eres un mariconazo.

Quisiera acordarme de mi familia, especialmente de mi madre y de mi padre, que me ayudaron lo justo para llegar hasta aquí, la puta que los pario a los dos: él, un borracho cabrón que por no desperdiciar se bebía hasta la orina, y ella una puta ludópata que se gastó en el bingo el dinero que yo había ahorrado para matricularme en la escuela de cine. Mami, hija de puta, si me estás viendo, así te pudras en el infierno, ojalá todas las pollas que chupé para poder reunir el dinero que tú te fundiste te las metieran por el culo una por una, ya veras como acabarían tus problemas de estreñimiento. A ti papa, solo te deseo una cosa: que el hígado se te caiga a trozos y te flote en el estómago como los trocitos de un tapón de corcho foltan en una botella medio llena.

Cómo no, este es un momento para pensar en mi mujer: Brenda, cariño, aquí está, nuestro Oscar, tuyo y mío, sé que te hacía mucha ilusión este premio, pero ya te puedes quitar de la cabeza todos los planes que habías hecho de asistir a eventos y fiestas y demás: hasta que no aprendas a comerme la polla como dios manda no te saco de casa, inútil, que eres una inútil.

Por supuesto no podía olvidarme de mi hijo, que desgraciadamente está pasando por un duro trance en un hospital de Houston: Joshua, hijo mío, luz de mis ojos, si llegas a salir del coma, y no te queda ninguna huella, quiero confesarte que la papelina de coca que me quitaste de la cartera el otro día no era coca, sino una mezcla de matarratas y detergente, yo mismo lo puse en la cartera porque estaba hasta la mismísima polla de que me robaras día sí, día también. Hijo, si no te recuperas al cien por cien no pasa nada, nadie es perfecto, y siempre podrás reahacer tu vida con otra babosa subnormal que conozcas en el hospital en el que pienso dejarte internado toda tu puta vida.
Muchas gracias a todos.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

"...Y una vez pronunciado su solemne discurso, el ganador del Oscar por la película "El discurso del Gay", se puso en pie toda la platea aplaudiendo efusivamente, vitoreando y coreando su nombre como si de un estadio de futbol se tratase..."

Anónimo dijo...

Sin duda unos discursos algo peculiares! Por cierto, por que creeis que nuestros premios se llaman "goyas", para que los premiados tengan la rima fácil... lo que ocurre es que son muy recatados y nadie se atreve a transgredir.
Jose

romanidemata dijo...

coi et mereixes una subscripció al Makoki!

(Només manca la il·lustració de'n John... (podries penjar del sastre de Dior) per idiota, m'agrada l'estil!)

que passo dels premis Oscar!

Yolanda dijo...

Oiga usted abandone inmediatamente el cuerpo de mi hermano.