sábado, octubre 16, 2010

A la mierda con ellos

Hace un mes y medio compré un cd en Amazón y todavía no he conseguido quitarle el envoltorio. Y no será que no lo he intentado. En realidad sé que es una pérdida de tiempo, y me he resignado a la idea de que jamás podré hacerlo. Ni a ese ni ninguno de los trescientos treinta y ocho que poseo y guardo, intactos, flamantes y con el plástico impecable, en una estantería de casa, a los cuales no he logrado hasta ahora desenvolverlos por más empeño que he puesto en la empresa. Y eso que he echado mano de todo tipo de herramientas: de soplete, de machetes, de alicates, de tijeras, y el puto plástico permanece incólume. Es irrompible. Incluso me hice con un taladro especial, que vi anunciado en las parodias de teletienda que hacen en El hormiguero, que es, al parecer, el padre de todos los taladros: broca de punta de diamante, perforación amortiguada por un sofisticado sistema hidráulico, haz de luz infrarroja que fija el objetivo para evitar que uno yerre al perforar. Por si fuera poco, de la punta del taladro, en torno a la broca, salen como cuatro brazos mecánicos articulados que acaban en sendas ventosas que se adhieren perfectamente a la pared, una solución perfecta para evitar hacer una regata en lugar de un agujero, que es lo que me suele suceder a mí cada vez que quiero colgar un cuadro. Por eso en casa apenas hay cuadros y abundan los apliques de luz, porque aprovecho las regatas para pasar un cable y colgar una luz.
Muchos pensaréis que es absurdo acumular cd's que no puedo escuchar. Pues sí, es cierto, pero también es absurdo llevar los pantalones por debajo del culo, que semejan que los llevan cagaos, como diría mi abuela, y sin embargo no hay adolescente que no pasee por la calle de esa guisa. También es absurdo y antiestético cubrir la calva con un flequillo de pelo que cruza de orega a oreja y parece fijado con el lametón de una vaca, a la manera Anasagasti, y bien que proliferan los tipos que lucen con orgullo semejante agravio a la vista.
A pesar de todo lo explicado, me he puesto hoy a manipular el cd de marras, pero lo he hecho como el que come pipas, para pasar el rato mientras asisto en directo, por televisión, al rescate de los mineros encerrados en una mina de Chile. Según parece es un acontecimiento de alcance mundial de obligado visionado. Lo dice la prensa, y claro, si lo dice ella será cierto, aunque la prensa también propagó que la gripe A iba a diezmar la población del planeta, y aquí estamos: vivitos y coleando.
A mí, dicho sea de paso, me parece ciertamente desmesurado el despliegue de medios y abusivo el tiempo que se ha dedicado al episodio de los mineros. La noticia, en su momento, fue que quedaran sepultados bajo tierra, y estuvo bien que se informara de ello. Más tarde, que sobrevivieran, y ahora que finalmente serán rescatados sanos y salvos. Ya está, pasemos a otra cosa, qué necesidad hay de ver cómo salen uno a uno. Es aburrido, reiterativo, innecesario y cansino.
A mí, qué quieren que les diga, me parece que estos pobres desdichados van a ser rescatados de un Averno para ser arrojados a otro: el Averno mediático. Más de uno acabará deseando no haber abandonado el encierro. Y si no al tiempo.

Mientras reflexiono al respecto y trasteo el cd y me acuerdo, en consecuencia, de todos los familiares, vivos y fallecidos, del tipo que inventó el plástico que lo envuelve, me viene a la memoria ese chiste que propone construir las aviones del mismo material en que están hechas las cajas negras, y me pregunto cómo es que los chalecos antibalas, o los uniformes ignífugo de los bomberos, o los de las fuerzas armadas o incluso la carrocería de los coches no están fabricadas y confeccionados con el mismo material que envuelve los cd. Jóder si nos íbamos a evitar disgustos.
Y a todo esto, cuando ya son cuatro los mineros rescatados, me entero de que el presidente de la patronal española, el tal Díaz Ferrán, ha dicho que lo que hay que hacer para salir de la crisis es trabajar más y cobrar menos. Sólo le ha faltado exigir que en nuestro tiempo libre le limpiemos la casa y le lavemos el coche. Tiene cojones la cosa. No sólo nos han metido en una crisis de dos pares de cojones, sino que tenemos que pedir perdón por ello. Apuesto a que el tal Ferrán es de los que piensa que es un gasto innecesario no sólo salvar a los mineros, sino malbaratar una fortuna en construir toda una parafernalia técnica de tubos y ascensores, que seguramente se acabara pudriendo por el óxido y la dejadez, para rescatar a unos tipos que apartir de ahora vivirán del cuento mediático. Es decir, que no serán productivos a los fines capitalistas que promulga la patronal.

Tal vez tengan razón respecto a que las instalaciones que han servido para rescatar a los mineros acabara cubierta de hollín. De manera que para evitarlo se le podría buscar una utilidad práctica, como la de bajar a la mina a todos los despreciables codiciosos que nos han metido en esta puta crisis, como el tal Ferrán, y dejarlos allí hasta que se disculpen y pidan perdón no sólo por meternos en la crisis, sino por haberlos rescatado de ella a base de darles millones y millones de euros que salen de nustros bolsillos, y no tener la prudencia de guardar silencio ni la humildad de disculparse.



2 comentarios:

Anónimo dijo...

Precisamente el otro dia vi una foto de Zp en la cápsula, y una frase que rezaba "Despues de bajarlo, tapamos el agujero con hormigón". Se puede aplicar a Montilla, Diaz Ferran,etc. Por cierto yo abro los CDs con un cuttex de los chinos, si quieres te lo paso.

Jose

Artemisas' Project dijo...

Y Aznar que lo metan también, no le vaya a dar por venir a rescatarnos y la liemos parda!!!