Leo este titular en El País: Condenado por estrangular a una mujer en Reus, y reflexiono sobre la estupidez de ese delincuente que podría haber evitado la condena de haberla estrangulado en otra ciudad, pues tal cosa es lo que se deduce del redactado que encabeza la noticia, esto es, que la sentencia condenatoria no es por haber estrangulado a una mujer sino por haberlo hecho en Reus, localidad que, por lo que se deduce, es menos permisiva con determinadas formas de matar que con otras.
Menudo delincuente. Seguramente si hubiera estado más atento habría observado a la entrada de Reus una cartel en el que se informaba en detalle de cuáles son las ciudades que sí permiten el estrangulamiento. Algo similar a lo que hacen las farmacias para anunciar cuáles están de guardia y cuáles no. Por lo menos es lo que quiero creer, que, en efecto, en Reus han tenido la prudencia de dejar claro que cualquier otro método de matar puede ser aceptado menos estrangular, porque si no lo han hecho estoy viendo venir que el condenado de marras apelará la sentencia por no haber sido convenientemente advertido de qué formas de asesinar se admiten dentro de los límites de la ciudad que gentilmente visita para delinquir.
Menudo delincuente. Seguramente si hubiera estado más atento habría observado a la entrada de Reus una cartel en el que se informaba en detalle de cuáles son las ciudades que sí permiten el estrangulamiento. Algo similar a lo que hacen las farmacias para anunciar cuáles están de guardia y cuáles no. Por lo menos es lo que quiero creer, que, en efecto, en Reus han tenido la prudencia de dejar claro que cualquier otro método de matar puede ser aceptado menos estrangular, porque si no lo han hecho estoy viendo venir que el condenado de marras apelará la sentencia por no haber sido convenientemente advertido de qué formas de asesinar se admiten dentro de los límites de la ciudad que gentilmente visita para delinquir.