viernes, julio 27, 2007

Divagando en el Edén



Sin mayor intención que la de informar, proclamo a los presentes que mi menda lerenda disfruta desde ayer de unas merecidísimas (o no) vacaciones que se prolongarán los próximos veintinueve días. Para celebrar semejante acontecimiento, Pilar y yo, aprovechando que en Mataró es festivo con motivo de la celebración de Las Santas, nos hemos trasladado a la Costa Brava para gozar del largo fin de semana en este reducto de paz que es Sant Feliu de Guixols, desde cuya biblioteca escribo la presente entrada. Las condiciones en las que se va a transcurrir nuestra estancia han sido previamente pactadas por los dos, y se reducen a la conocida ley del mínimo esfuerzo, a cuyo inventor, de existir, mando mi más afectuoso y sincero agradecimiento, y la promesa pública de que si el azar, algún día, lo cruza en mi camino, no sienta pudor en presentarse, pues tiene asegurada una cena gratis.
Así pues, no hacer lo que se dice nada es la empresa a la que los dos, Pilar y yo, nos hemos entregado con esfuerzo denodado, lo cual ya ha sido, esto último, motivo de debate, ya que ni siquiera en el noble arte de no hacer nada deseo emplear más energía de la necesaria.
­–Y si de repente... -me ha preguntado Pilar mientras contemplábamos ambos cómo la hoja de un árbol caía demoradamente frente a nosotros, realizando en su descenso una trayectoria en zigzag- si de repente me entran ganas de... qué sé yo, tender unas bragas, ¿qué hago?
–Espera sentada a que se te pasen -le he respondido.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Que envidia! (sana). Estoy contigo las vacaciones son para eso (no hacer nada). Por cierto aprovechalas porque el año que viene la pequeña Martina estara con vosotros y algo habrá que hacer, como minimo tendras que cuidarla y eso ya es hacer algo. Lo dicho que las aproveches y ya os haremos una visita.
Petonets

Arcadio dijo...

Pues sí Jose, uno de los motivos por los que este año realizaremos el mínimo esfuerzo es precisamente coger energías para cuando Martina esté aquí.
Nosotros esperaremos vuestra visita con impaciencia, petons y hasta muy pronto. Ya sabéis dónde estamos.

Anónimo dijo...

Bueno, tú no harás nada, pero Pilar está haciendo uno de los trabajos más rápidos y acojonantes que existen, o sea, a Martina.

Manoli

Anónimo dijo...

Estimado Sr. Inventor de la Ley del mínimo esfuerzo:

Si desea que Arcadio le invite a cenar en su propia morada debiera usted quedar antes con el Sr. Inventor de la Ley de la correspondencia entre lo animal y lo humano, él podría explicarle el siguiente precepto: "vas a pasar más hambre que el perro un ciego". La única opción que usted podría barajar es que o bien cocinara Pilar o bien le invitará a un buen restaurante, porque lo que se dice él cocinar, nos tendríamos que remitir al profeta Queno, o sea "pues va a ser que no".
Tras dicha aclaración se despide. Atentamente: la primera de la lista de espera del bufet Arcadio.

Lidia

Anónimo dijo...

Me olvidaba de otro tema importante, en relación a tender las bragas, creo que ya vamos un pelín tarde, sinó esperar de aquí a unos meses y comprobareis fehacientemente que teniéndolas en las manos de camino al tendedero es peligroso agañarse.

Besitos, Lidia

Anónimo dijo...

Quería decir agacharse, es que estoy muy mal de lo mío y ya no sé ni no que escribo.

Petonets, Lidia