martes, noviembre 28, 2006

Crónicas de Nueva York. Segundo dia

Si como dice Mario Benedetti una ciudad es un libro que se lee con los pies, Pilar y yo hemos iniciado la lectura intensa y exhaustiva de Nueva York de bien amanecido. No sé si a causa de la impaciencia, a los nervios o por culpa de los temidos síntomas del jet lag, no he podido conciliar el sueño desde las cuatro de la madrugada, y a las siete ya estábamos ambos desayunando en una cafetería próxima al Empire State Buelding llamada Chez, cuyo hallazgo debemos no sólo a una de las guías que hemos traído con nosotros, sino a la vigilante lectura que Pilar les dedica. Se trata de un local acogedor con la estética de los años sesenta, iluminado con una luz muy suave que casi la mantiene en penumbra. Me han servido café aguado en una taza del tamaño de un orinal. El café (en realidad un mejunje de dudosa procedencia que yo no ofrecería ni a mi peor enemigo) era malo hasta decir basta. Después de compensar ese brebaje repugnante con un más que correcto capuccino, hemos recorrido a pie Madison Avenue, donde hemos cobrado consciencia exacta de en qué ciudad nos hallábamos. Cada esquina (en las que el vapor, como vaho exhalado, ascendía de improviso del interior del alcantarillado), era motivo de asombro, de absoluta perplejidad. Edificios inmensos a los que jamás una película rendirá plena justicia. En la 79, tras un largo paseo en el que hemos pasado frente alguna de las mejores tiendas de Nueva Cork, hemos girado a la izquierda y visitado el American Museum of Natural Histori. A la salida hemos comido algo en Zabar y visitado el Dakota Building, edificio emblemático donde el 8 de octubre de 1980, a manos de Mark Chapman, cayó asesinado John Lennon. A continuación hemos cruzado Central Park. Las ardillas cruzaban de un lado a otro, correteando por entre una inmensa alfombra de hojas amarillas y ocres. Finalmente Times Square. Perdonad, el tiempo de conexión a Internet concluye y todavía no os he narrado más que unos pocos detalles de un día intenso que tendrá su continuación en unos minutos, en el barrio de Chelsea. La fortuna continúa siendo esquiva y tampoco desde la Biblioteca Pública de Nueva York, en la que estoy conectado ahora mismo a Internet, se pueden adjuntar archivos fotográficos. Trataré de encontrar un lugar desde el que hacerlo. Hasta pronto.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

si lo que dice Benedetti es verdad, en New York y Londres yo escribí El Quijote!! Es genial tener esta crónica, porque al leerla vuelvo a caminar esas calles otra vez. ¿Habéis visitado el jardín homenaje a Lennon cuando fuisteis al Dakota? Está justo delante en Central Park y se llama Strawbarry Fields, como su famosa canción. Por cierto si la falta de ñ te está matando, cuando vivía en Londres la podía hacer marcando control y 164. No sé si David lo programó así en nuestro ordenador o si es una regla general...como sé tanto de ordenadores...Oye, has visitado ya la tienda Apple en la Quinta Avenida?
besos,
Manoli

Anónimo dijo...

¡¡Dais mucha envidia!!!!
Aunque me conformaré con estas pequeñas crónicas. Ah! Intentaré hacer llegar a los papás estos escritos para que no desesperen en vuestra ausencia. Muchos besos, disfrutar por nosotros.
Besos,
Maribel

Anónimo dijo...

Hola parella... petons i abraçades des del Servei de Joventut. Arcadi, tranquil que la Gemma té el pati controlat i tot estarà al seu lloc quan tornis.... ara es moment de disfrutar.....
Tinc una mala notícia : El suplent de la Lídia es mascle.

Caminar per New York deu ser com estar dintre d'una pel.lícula.. Heu vist algun famós?
Diuen que a la ciutat de New York SEMPRE hi ha el rodatge d'alguna peli en marxa.. n'heu vist cap? Algun famosete?

Apali, és molt interessant llegir les cròniques... espero impacient la pròxima....

Per cert, hi ha un restaurant molt famós a no sé quina Avengida que està a la planta 40 i és giratori i es pot veure tota la ciutat de New York..... ja em diràs si hi heu anat.

Salut !

Albert

PD: Has podido comer ya Potatoes with fried eggs?

Anónimo dijo...

Que envidia sana!
A diario desde el trabajo tengo un instante para leer vuestras crónicas, y pensar que llegará el día que pueda pisar esa ciudad.
Que lo paseis genial, disfrutad al máximo y coged fuerzas porque cuando regreseis os esperamos para que nos trasladeis durante unos instantes a esa ciudada con vuestras anécdotas, vivencias, etc.

Un beso fuerte!

Sandra

Anónimo dijo...

Es perfecto que seai vosotros los que esteis visitando esa ciudad, porque sois unos perfectos corresponsales, cada día ansío venir a las doce del trabajo para leer los e-mails y el blog y así darme un paseito imaginario, casi real, por lo bien narrado. seguiremos en contacto. un beso
yolanda

Anónimo dijo...

El suplent de la Lídia és mascle i molt ben plantat, ole, ole y ole.
Arcadio, te aseguro sin temor a equivocarme que hay peores cafés que el de tu neoyorquino desayuno, o sea, breakfast. Ay, alma de cántaro, que poco nos cuesta olvidar las pequeñas cosas de cada día. Un beso enooooorme para los dos.

Berlin