sábado, septiembre 30, 2006
Adivina adivinanza
Pongámos por caso que un partido político y su correspondiente periódico afín se obstinan, con artes que a menudo rozan lo fraudulento y siempre lo inmoral y tendencioso, en atribuir a una banda terrorista la responsabilidad de un crimen que, según evidencias irrefutables, es por completo ajena a los hechos. A pesar de semejante circunstancia, el partido político y el periódico afín no sólo insisten, en contra incluso de las opiniones más acreditadas, en sus argumentos sino que además insinúan sin rubor que el Gobierno está interesado, sabe Dios por qué motivos, en que el mencionado grupo terrorista no sea involucrado, lejos de la intención y sobre todo los intereses del partido y el medio de comunicación, que desearían por encima de cualquier cosa, cabe presumir, que los terroristas resultaran inculpados a fin de confirmar sus argumentos.
Ahora resulta que, según el juez Baltasar Garzón, dos péritos podrían haber falsificado informes con intención de culpar a la banda de asesinos. Y parece ser que los mencionados péritos podrían haber sido instados a su vez (conjetura en modo alguno disparatada habida cuenta las circunstancias) por alguien para que llevaran a cabo semejante maniobra. A la luz de lo expuesto me pregunto yo (y les aseguro que jamás una preguna fue más retórica) quién estaría interesado en falsificar esos informes, a quién beneficiaría la involucración de los terroristas, si al Gobierno o al partido político (no por casualidad en la oposición) y a su periódico afín. Adivinen.
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